Se acerca el fin de año y con él la maravillosa tradición de
recordar y compartir tus bendiciones con otros.
Puedo confiar en que guardaran un secreto? Cada vez que se
me pregunta esto en cenas familiares y demás, nunca realmente pienso detenida y
detalladamente en año que termina. Más bien, pienso algo lindo, aunque cierto,
que decir que mi cerebro entiende sonara bien ante el público que escucha.
Este año me siento motivada a escribir recuentos de cada uno
de los meses del año. Mi objetivo no es publicar cada escrito ni la totalidad
de los mismos. Pero si quiero recordar, meditar y alabar a Dios por lo que él
ha hecho en estos pasados meses.
Empecemos, obviamente con enero.
Treinta y un días de alegría, mas bien gozo.
Un mes lleno de actividades que empezó con una experiencia
que le dio un nuevo significado a la frase “Creo en Cristo como creo en el sol.
No porque lo vea, sino porque por él veo todo lo demás. de C.S.Lewis. Empecé el
año alabando a Dios para luego partir hacia la playa a ver las estrellas. Fue
una experiencia sobrecogedora. Ver el cambio en el cielo, ver como la luz
cambia las cosas de una manera sorprendente. En mi diario escribí “Hay algo
sorprendentemente abrumador de un cielo estrellado.”
Otras frases que aparecieron en mi diario:
“Este sera un ano que creo disfrutare y puede sonar loco, pero
quiero algo de dolor. El gozo y la alegría son geniales, pero con el dolor es
que se crece y tengo bastante espacio para crecer.”
“Permíteme verte tan claramente que cada segundo, incluso en
este mismo instante pueda alabarte.”
Luego de escribir sobre un gran deseo, bien latente en mi
corazón; al ver que la respuesta era no:
“Parece que no puede pasar nada mejor. Pero la realidad es
que si lo hará. No quiero mis planes. Puede que suenen estimulantes y llenos de
gozo pero nada se compara con Tus planes.”
Otros "mejores momentos":
Traduje por primera vez en un evento. Frente a personas. Lo
divertido: fue del ingles al español, a un coreano nacido en Canadá que hablaba
sobre el aporte de William Carey a la India.
La mezcla étnica era digna de admiración.
Esta experiencia me llenó de miedo. Pero, al parecer, lo
hice bien. Que bendición poder traducir, ayudar a personas a entenderse entre
si. GENIAL.
A finales de mes, fui a uno de mis lugares favoritos en este
país: Jarabacoa. A un retiro de jóvenes de una iglesia amiga. Estos retiros me
encantan. Lo mejor es ver como todos los pastores de la iglesia (los que van,
al menos) se sientan frente a ti en la última noche, y dan varias horas de su
tiempo y energía para responder cualquier pregunta que surja. Se siente tan
familiar. Como lo que somos, una familia en Cristo; donde los más jóvenes
buscan el consejo de los más viejos.
En definitiva, fue un mes en el que Dios permitió que
tuviera múltiples oportunidades de hablar, pensar, hacer Sus cosas.Un mes en el
que mi corazón se lleno de muchos deseos; deseos de servirle, adorarle con cada
área de mi vida.
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