Thursday, November 28, 2013

Mirando donde vas

Los amo, de eso no hay duda. No solo por lo grandiosa que es la oportunidad de enseñar y educar 16 pequeñas almas mientras disfruto con todas sus ocurrencias; pero también por la oportunidad que tengo de aprender sobre la vida a través de nuestra convivencia.

Una de estas enseñanzas sobre la naturaleza humana se dio a través de un procedimiento básico en cualquier escuela: hacer una fila. Me sorprende lo difícil que se les hizo (e incluso a veces aún se les hace) a mis estudiantes hacer una fila correctamente. Los primeros meses de clases siempre son un caos. Los comandos “Mira donde vas” “sigue la fila” “atiende, y escucha las instrucciones”, entre otros se vuelven mis palabras mas usadas. Recuerdo que quedaba exhausta… simplemente porque tocaba salir mucho del salón y por ende hacer muchas filas. Llegó a ser realmente frustrante.
Pero, por más frustrante que sea, entendí que el problema no radica en el hecho de hacer la fila, radica en la naturaleza humana: simplemente nos desenfocamos.

Recuerdo que mis instrucciones comenzaron a hacer efecto sólo cuando dejé de dar únicamente la instrucción y comencé a hacer de esta un diálogo. Les preguntaba: “¿a dónde te diriges?”; “¿hacia donde vas a caminar?”. Su respuesta al principio era una carita de “yo no fui, ya me volteo, y perdón Miss”, pero seguía insistiendo: “hacia donde vas?”. A lo que ellos respondían señalando en la dirección correcta. “Bueno, si te diriges hacia allá, ¿dónde crees que deben estar tus ojos y tu atención?” - les preguntaba. Mis niños, super inteligentes, de una vez respondían acertadamente “Ah, eso pensé. Pero, porque crees eso?”
                                           “Bueno Miss, puedo tropezar 
                                            y caerme;  quedarme atrás; 
                                                o simplemente no sabré 
                                                  que está pasando”



Este proceso duró sólo alrededor de un mes, ya mis niños saben hacer la fila, aunque debo admitir que hay días en que se les olvida.

Pero, ¿y nosotros?, ¿y yo?. Entiendo que cuando la Biblia me dice que debo tener los ojos hacia donde voy, esto es Cristo, lo dice por las mismas razones por las que yo le exijo a mis estudiantes que miren hacia donde van?

Cuando no me enfoco en Jesus, el autor y consumador de mi fe, me atraso, me caigo, o simplemente no entiendo las instrucciones ni lo que está sucediendo.

“Miren tus ojos hacia adelante, y que tu mirada se fije en lo que está frente a ti.” Proverbios 4:25 

Este enfoque que se nos pide es el que me exigen en mis tantas visitas al oftalmólogo. Donde el primer paso siempre es revisar mis ojos en una maquinita donde tengo que mirar fijamente una imagen mientras cada ojo es revisado. La imagen es de un prado con un granero en el fondo. Mis ojos enfocan al granero (o al menos uno de ellos lo intenta.… pero eso es otra historia) pero al ver el granero, tambien puedo ver toda la grama y el pasto alrededor: con menos detalles y menos detenimiento pero aún así mi  cerebro lo percibe.


Cuando ponemos los ojos en Jesús somos capaces de ver a Jesus en el centro de todas nuestras situaciones, comprendiendo que hacia allá vamos pero ahora estamos aquí; comprendiendo que hay instrucciones que seguir, responsabilidades que cumplir e incluso situaciones que entender y que todo será posible si ponemos el enfoque en el lugar adecuado.

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra Colosenses 3:2

 Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu. Romanos 8:5

Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:1-2


*disclaimer for my dearie boss: All the conversations stated here we entirely held in english! :)





Saturday, November 2, 2013

Dios vs. Café

Durante los últimos cuatrimestres de mi carrera universitaria me volví amante del café. Claro, trabajando y estudiando necesitaba las fuerzas para sobrevivir. Con el tiempo se fue tornando en una costumbre: tomar café cuando el día prometía ser complicado.
Ayer, al abrir mis ojos en la mañana, lo primero que llegó a mi cabeza fue la canción de Matt Redman “10,000 reasons (Bless the LORD) ; seguido de: “hoy será difícil”.  No entraré en detalles de porqué el día no sería ni fue el mejor, pero básicamente mi oración matutina fue  pidiendo fuerzas y contentamiento; que sin importar lo que pasase, al final del día pudiera seguir cantando al Señor en alabanza.

Dicho y echo, El Señor respondió mi oración de una manera que no esperaba.

Siguiendo la historia, y regresando al café. De camino al trabajo lo único que pensaba era: “quiero café;necesito café, y justo hoy no traigo” (ya que el día anterior había dejado mi taza en el trabajo). Mientras me acercaba al colegio Dios trajo a mi mente  las preguntas:
“¿Porqué necesitas café? ¿No te es suficiente mi gracia?”
Por lo que  decidí pensé haber decidido que no compraría.

Digo pensé, porque  desde que vi esa máquina lustrosa, roja y radiante de café en la cafetería, me di cuenta de  que sería muy difícil no tomarlo. Simplemente necesitaba  y quería café. Luché en mi interior por unos cortos minutos y al final cedí: un delicioso café con leche. <3

La parte buena de la historia, a pesar de que es la “mala” dando un vistazo terrenal, es que dicho café, fue utilizado de una forma no convencional para darme energías y fuerzas, físicas y espirituales. 
Si me conoces aunque sea un poco sabrás que soy un tanto torpe, pero la torpeza fue lo que menos afectó la situación el día de hoy. Cuando me senté en el banco a ver a mis chicos jugar, de la NADA (literal) se resbaló la taza, en dirección a mi cuerpo.  Entiendo que, de una forma u otra, Dios utilizó ese desliz de mis manos para mostrarme que Su gracia SI es suficiente

Recurrí al café y sus propiedades energéticas  para tener fuerza y energía, y para poder sobrellevar algunas situaciones “difíciles”; pero todo lo que hice fue gastar energía y crear más problemas (mi uniforme estaba totalmente sucio). Si hubiese confiado en el Señor y Sus promesas. Si hubiese depositado mi confianza en Él como única fuente de fuerzas, energía y ánimo me habría ahorrado muchas dificultades.

No digo que beber café esté mal, todo lo contrario, el café me gusta y me seguirá gustando; el problema es que se convirtió en un ídolo. Dependía del café para poder enfrentar ciertas situaciones cuando Dios debe ser y es mi única Roca, Fuerza y Sustentador. Él es quien da a mi ser amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. 

No necesito *(Inserta cualquier otra fuente de sustento que no sea Dios)*, necesito a Dios. 

"Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios". Salmos 103:1-2

Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9