Tuesday, May 13, 2014

Dejando "algo" atrás.

Ha llegado la hora de admitirlo. Pero admitirlo y hacer algo al respecto.

Y es que todos tenemos “algo”, y no lo digo como excusa para “tener algo” sino afirmando el hecho de que tengo algo; en realidad “algoss” (como si las “s” significará cada una una cosa).  

Como de seguro estás esperando, aquí va una pequeña historia para ilustrar mi “algo”.
Esta semana santa 2014 fui a Samaná, pueblo playero al Norte de la isla donde vivo.

Allí los primeros días fueron tranquilos, una delicia. Hasta el jueves, cuando comenzaron las aventuras.

Salimos, yo y un grupo de amigos, a caminar como a las 3 de la tarde hacia Playa Colorado, debido a la hora, teniamos que hacer el recorrido rápido (30 min aproximadamente) para regresar con el sol aún afuera. Íbamos caminando digamos que por terreno semi-virgen. Y aunque existe un pequeño sendero no se notaba muy frecuentado; además,al ser por la frontera del mar y las montañas no era para nada un camino libre de riesgos.

No me considero, ni soy, una persona en excelente condición física, pero debo admitir que esta ha mejorado bastante en los últimos años. Y esto se evidenció en que lo estaba haciendo bien. O sea, no me veía como la "mejor atleta", pero mi cuerpo si poseía la habilidad de moverse como debía; si tenía la resistencia y capacidad respiratoria para seguir caminando; si tenía, un poco, de motivación. Gente, ni siquiera estaba agotada! 

A pesar de esto, comencé MUY temprano en el trayecto a arrepentirme. Comencé a dudar al caminar; dónde pisar, cuándo pisar, de donde agarrarme, cual árbol y cual no, etc. 

¿Qué paso? Meditando, llegué a la conclusión de que fuí víctima del autosabotaje típico del pecado; mi “algo” entró en acción.  “Debiste quedarte en la casa”, “claramente, no puedes hacer esto”, “que egoísta, solo estas retrasando al grupo, que claramente quiere y debe hacerlo rápido” y más pensamientos ridículos invadieron mi mente. Peor aún, y que verguenza me da admitirlo:  comencé a buscar un lugar “seguro” donde quedarme a esperarlos. Varias veces encontré,  aunque no se que tan seguros, gracias a Dios no lo hice.

¿Notas la locura?

Prefería quedarme SOLA, en medio de un camino semi-desierto, por “algo”  y “algo” irracional; pues como todos, al parecer menos yo, sabían: SI PODÍA HACERLO.

Mi “algo” está muy bien desarrollado, atinó de una vez a  oscurecer mi mente y no permitirme confiar en las habilidades físicas que El Señor me ha permitido desarrollar, todo esto a pesar de haber sido sujeto activo del proceso, (ejercitarme, comer mejor, etc): mi mente decidió  obviar mi esfuerzo y la gracia de Dios.  Entonces, me creí incapaz.

Para mi vergüenza, al ser “mi” algo,  me sucede lo mismo en varios aspectos de mi vida; simplemente decido obviar que Dios me ha dado Su Espíritu para que precisamente “pueda”.

En el camino de regreso, después de desafiar mi  “algo” con un escalofriante chapuzón en la playa Colorado (conocida por su gran oleaje, y yo conocida por no saber nadar) decidí, mediante oración y súplica, simplemente correr hacia Dios por ayuda. Correr hacia Él para ser perdonada por mi pecado; para "rellenar mi tanque" de confianza, no en mí propia capacidad pero más bien en la gracia de Dios que me ha permitido desarrollar habilidades y destrezas. 

Decidí creerle cuando me dice en Su palabra que Él me sostiene y que además mediante su Espíritu me ha concedido la gracia para poder hacer lo que necesito.
2 Pedro 1:3-11 Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,4 por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia. 5 Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, 7 a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor. 8 Pues estas virtudes, al estar en vosotros y al abundar, no os dejarán ociosos ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados. 10 Así que, hermanos, sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección de parte de Dios; porque mientras hagáis estas cosas nunca tropezaréis; 11 pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Parecía una persona totalmente diferente, caminando decidida y confiada, no en mí ni en las manos de mis amigos, sino en Su gracia y misericordia. Mi oración es que Dios me permita hacer esto en cada aspecto de mi vida.

Es tiempo entonces de nombrar mi  “algo” y abandonarlo. Tiempo de dejar el miedo atrás.
Es tiempo de “parecer una persona totalmente diferente”; que mi caminar por la vida sea decidido y confiada; porque el SEÑOR mi Dios estará conmigo dondequiera que vaya. 

Salmos 28:7 El Señor es mi fuerza y mi escudo;en El confia mi corazon, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.

Isaias 12:2 He aquí, Dios es mi salvador, confiaré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es el Señor Dios, El ha sido mi salvación.

No comments:

Post a Comment