Saturday, January 11, 2014

Listas Reales

Hola, Carolina aquí. Debo advertirles, soy una persona obsesivamente curiosa; por lo que cada vez que encuentro algo interesante investigo todo lo que pueda sobre el asunto. 

He descubierto nuevos intereses en los últimos meses. Entre estos, obviamente, está escribir. Así que he buscado, hablado, leído, orado y más sobre el arte de escribir, el arte de comunicar ideas, el arte de la palabra en general.

Algo que vi y llamó mi atención fue el común “consejo” o”estímulo” de hacer listas como primer paso para crear el hábito de la escritura. 

Me pareció interesante pues es algo que, al menos yo, hago constantemente. Me ayudan a organizar mi pensamiento en todos los aspectos de mi vida; específicamente en los “quehaceres”. 
Mi libreta está llena de hojas que dicen “to-do” “lista de oración” y “libros por leer”. 

Pero, en todos los blogs y páginas en general que leía sobre listas, en ninguna contemplaban como yo la contemplaba.

La Rae define la lista así: “ Enumeración, generalmente en forma de columna, de personas, cosas, cantidades, etc., que se hace con determinado propósito”. O sea, dada lista tiene un propósito, por lo que podemos decir que hay diferentes tipos de listas.
En la pasada etapa de mi vida me he concentrado en un sólo tipo de lista: dubitativas. He buscado enlistar cosas irreales, cosas que deseo o planeo hacer. 

Esta vez, quiero hacer listas de cosas reales, cosas que he hecho o cosas que he experimentado. 

Primera: 10 Cosas Pequeñas y Extrañas Grandemente Placenteras

Aquí enlisto las 10 primeras cosas que disfruto en la vida que vinieron a mi cabeza (además de las tradicionales formas de comunión con Dios): 

1. Lavarse las manos, y secarlas  con tu propio pelo. No, en serio, mujeres: intentenlo. 

2. Entrar la cabeza debajo de la ducha, con un gorro de ducha puesto. Suena extraño, pero para esos días en que no te lavas el cabello pero tienes calor en el cuero cabelludo, hacer esto resulta altamente placentero.

3. Leer un libro sin parar. De vez en cuando, a veces demasiado y casi siempre jueves en las tardes,no hago más nada que leer. Usualmente, y debido a los libros que escojo leer en esta etapa de mi vida (o sea, largos) mi “día” se torna en días, pero leer un libro sin parar es altamente gratificante.

4. Colorear. Recientemente compré una caja de crayones: sensacional.

5. Caminar. No tanto el “tengo que ir al supermercado”, sino el “paseo por (inserta lugar de preferencia) mirando la vida pasar mientras hablas con tu mente y/o acompañantes”

6. Andar con mochila: sí, una mochila. Grande. Colorida. Llamativa. Cómoda.

7. Tener lugares fijos. Lo sé: Oh, lo cotidiano, lo aburrido y horroroso cotidiano!  Pero me encanta tener un lugar donde me sienta que soy yo. Cada vez que llego a un sitio, así sea que vaya a durar 2 horas o un mes, lo primero que hago es encontrar un lugar donde, cuando me siente, sienta que soy yo; que estoy en casa.

8. Hablar. No tengo que decir mucho aquí: la comunicación es una de las grandes bendiciones de Dios. Para mí la vida es así: Salvación-> Comunicación -> todo lo demás será por añadidura.

9. Silencio. Porque la comunicación es más que palabras.

10. Escuchar la risa de un niño. Más si es una risa que proviene de un disfrute real, de cosas reales, apropiadas y contagiosas.



* Interesante la progresión: no he alterado el orden ni ningún pensamiento. He escrito tal y cómo ha surgido.

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